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CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

Mirada crítica: Estudio SURMOUNT-5

Autor: Marcos García Aguado (Cardiólogo clínico del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, Madrid, España)

Fecha de publicación: 22/07/2025

Categoría: Mirada Crítica

4 minutos

Este página web está exclusivamente dirigido a personal sanitario. Este post incluye opiniones de su autor. Las partes del texto subrayadas contienen enlaces a la evidencia científica en la que se sustenta.



“Presentamos un nuevo artículo en nuestra sección "Mirada Crítica", donde analizamos el estudio SURMOUNT-5 y su relevancia para la práctica clínica”



La obesidad es, sin duda, una de las principales preocupaciones en el ámbito de la salud, acaparando la atención científica y mediática. Gran parte de esta visibilidad se debe al creciente interés de la industria farmacéutica en el desarrollo y comercialización de nuevos fármacos para el control del peso.


Fármacos como los análogos de GLP-1 (por ejemplo, la semaglutida) y las moléculas de doble o triple acción (como la tirzepatida y la retatrutida, respectivamente) están demostrando ser herramientas versátiles con múltiples beneficios para la salud de pacientes con obesidad. En base a los estudios de estas moléculas, se observan beneficios en:



LAS DOS CARAS DE LA MONEDA: BENEFICIOS VS. DESAFÍOS

A pesar de sus prometedores resultados, estos tratamientos también presentan importantes contrapartidas:

  • Alto coste y sostenibilidad: Su elevado precio y la probable necesidad de un tratamiento crónico plantean serios desafíos para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, lo que podría agravar la desigualdad en el acceso a la salud. Además, la posible expansión de los diagnósticos de obesidad, impulsada por definiciones más precisas basadas en la adiposidad, podría aumentar la demanda de estos fármacos.

  • Efectos secundarios: Aunque mayoritariamente gastrointestinales y leves, no deben pasarse por alto otros efectos más relevantes, aunque menos frecuentes.

  • Uso estético y riesgo de "cuerpos imposibles": El uso de estos fármacos fuera de indicación médica con fines puramente estéticos puede promover estándares de belleza irreales, ignorando la diversidad corporal y la importancia de la aceptación personal.

  • Marginación de hábitos de vida saludables: Existe el riesgo de que la dependencia de los fármacos eclipse la importancia fundamental de un estilo de vida cardiosaludable (dieta equilibrada y ejercicio),que debe ser la base del tratamiento. Esto podría fomentar el sedentarismo y problemas nutricionales, como la pérdida de masa muscular asociada a dietas muy restrictivas ("cara de Ozempic").



INCERTIDUMBRES Y FUTURAS DIRECCIONES

Aún quedan preguntas por resolver:

  • ¿Los beneficios observados son solo una consecuencia de la reducción de peso, o hay efectos directos de los fármacos que actúan independientemente de la pérdida ponderal?

  • ¿Existe un "efecto de clase" o hay diferencias significativas en la eficacia entre los distintos principios activos, especialmente en la prevención de eventos cardiovasculares?

  • ¿Son siempre mejores los fármacos más potentes? Es probable que la clave resida en la individualización del tratamiento, adaptando la dosis a las necesidades de cada paciente.



La competencia entre laboratorios farmacéuticos debería, en teoría, beneficiar tanto a los sistemas sanitarios como a los pacientes, impulsando el desarrollo de fármacos más potentes y con menos efectos secundarios.



ANÁLISIS CRÍTICO DEL ESTUDIO SURMOUNT-5

Un ejemplo de esta competencia es el estudio SURMOUNT-5, que comparó la tirzepatida con la semaglutida en pacientes con obesidad sin diabetes mellitus, cuyos resultados fueron publicados en CARPRIMARIA.


Diseño del Estudio: Fue un ensayo clínico abierto, con análisis por intención de tratar, que comparó las dosis máximas toleradas de tirzepatida (10 mg y 15 mg) y semaglutida (1.4 mg y 2.4 mg) por vía subcutánea. Los participantes tenían un IMC ≥30 Kg/m2 o un IMC ≥27 Kg/m2 con alguna complicación relacionada con la obesidad. Se excluyeron pacientes con antecedentes de pancreatitis o trastornos psiquiátricos graves (por tanto, incluyen pacientes con obesidad “preclínica” y clínica). El objetivo principal fue la reducción de peso a las 72 semanas.


Resultados Clave: La tirzepatida mostró una reducción de peso significativamente mayor (p<0.001) y una mayor reducción del perímetro abdominal en comparación con la semaglutida. Ambos fármacos presentaron efectos gastrointestinales leves a moderados. La tasa de abandono fue mayor con semaglutida (5.6%) que con tirzepatida (2.7%), y la tasa de eventos graves fue del 4.1%, con un solo caso de pancreatitis en el grupo de semaglutida.


Puntos Críticos del Estudio:

  • Patrocinio y Sesgos: El estudio fue patrocinado por Lilly (fabricante de tirzepatida), y su diseño abierto (sin enmascaramiento) genera dudas sobre posibles sesgos, ya que podría influir inconscientemente en el investigador y el paciente e influir en los resultados. La falta de enmascaramiento nos hace preguntarnos si estamos ante un estudio con interés comercial o científico.

  • Variable Principal Simplista: El uso del IMC como variable principal es cuestionable, dado que la tendencia actual en el diagnóstico de obesidad se centra en la composición corporal/distribución de la adiposidad. Un análisis más profundo con técnicas precisas habría sido más relevante.

  • Duración del Seguimiento: Aunque no se observaron casos de cáncer de páncreas o tiroides, un seguimiento de solo 72 semanas es insuficiente para descartar efectos secundarios graves a largo plazo asociados con estos fármacos.



CONCLUSIÓN Y MIRADA AL FUTURO

Parece que los fármacos con mecanismos de acción más complejos, como la tirzepatida (agonista GLP-1 y GIP), logran una mayor reducción de peso que los análogos GLP-1 simples como la semaglutida. Aunque una mayor pérdida de peso suele asociarse a mejores resultados, es crucial determinar qué grado de reducción marca diferencias clínicas significativas y si existen efectos directos de los fármacos más allá de la pérdida ponderal. Se necesitan más datos sobre los beneficios cardiovasculares de la tirzepatida y sobre el impacto de futuros fármacos con triple acción, como la retatrutida (de la misma compañía que la tirzepatida).


Es imperativo mejorar la definición y el diagnóstico de la obesidad, abandonando el IMC como única herramienta. Debemos avanzar hacia una evaluación más precisa de la grasa visceral, su cuantía y distribución. Sería muy valioso que los futuros estudios de investigación incluyeran estas evaluaciones para aportar datos más relevantes a la práctica clínica.


Finalmente, es fundamental no olvidar que la base del tratamiento de la obesidad es un estilo de vida cardiosaludable, que incluye el autocuidado físico y mental. No debemos buscar "atajos" que marginen este aspecto esencial. También es crucial realizar un seguimiento a más largo plazo de estos fármacos para comprender mejor su perfil de seguridad.


Esperemos que estos avances farmacológicos no anulen los esfuerzos por aceptar la diversidad física y psíquica de los individuos, y que no se imponga una "dictadura" de los tratamientos que desatienda la importancia de la salud mental y la aceptación corporal.



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Ilustración 1. Puntos analizados del estudio SURMOUNT-5. CARPRIMARIA

Referencias

Referencias en los enlaces del texto

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