
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA
12 fármacos para tratar la obesidad a examen ¿Cuál consigue la mayor reducción ponderal?
Autor: Marcos García Aguado (Cardiólogo clínico del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda)
Fecha de publicación: 15/01/2025
Categoria: Actualización



3 minutos
Este post incluye opiniones de su autor. Las partes del texto subrayadas contienen enlaces a la evidencia científica en la que se sustenta.
“Para la reducción ponderal en pacientes adultos con obesidad sin diabetes mellitus, el fármaco aprobado más potente es la tirzepatida, pero menos que la retatrutida, aún pendiente de aprobación”
Una de las revoluciones recientes en el ámbito de la medicina ha sido el cambio en el abordaje de la obesidad, impulsado por la aparición de fármacos más potentes y seguros que los previamente disponibles y con beneficios más allá de la pérdida ponderal, principalmente a nivel cardiovascular (y que parece que no son únicamente atribuibles a esa pérdida de peso).
Estamos hablando de los agonistas del receptor del péptido 1 (ar- GLP1) similar al glucagón. Estos fármacos pueden ser agonistas puros (como la semaglutida), con efecto dual (como la tirzepatida) o incluso con efecto en tres vías de acción diferentes (como la retatrutida).
Actualmente disponemos de 3 fármacos de uso habitual en el tratamiento del sobrepeso/obesidad del paciente sin diabetes mellitus, pero el arsenal terapéutico va a aumentar con nuevas moléculas. Por tanto, los clínicos debemos conocer los beneficios y efectos adversos de cada uno de los fármacos, sus diferencias y semejanzas, e identificar el perfil de paciente más idóneo para cada uno de ellos.
En esta tarea nos ayuda una reciente revisión presentada en Annals of Internal Medicine, que analiza 12 fármacos para la reducción de peso, 3 de ellos ya aprobados y otros 9 pendientes de aprobación. Todos ellos han demostrado su potencia y seguridad en ensayos aleatorizados y controlados con placebo.
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Se analizaron un total de 26 ensayos aleatorizados controlados con placebo, incluyendo un total de 15.491 pacientes con sobrepeso/obesidad, pero sin diabetes mellitus ni otras enfermedades del sistema cardiovascular ni síndrome del ovario poliquístico ni enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los pacientes eran adultos de mediana edad, con predominio de mujeres (72% de los participantes) y el valor del índice de masa corporal medio (IMC) fue de 41 Kg/m2.
Los fármacos analizados fueron análogos puros GLP1 (dos de ellos aprobados, liraglutida y semaglutida), fármacos con acción dual GLP1 y glucagón (uno de ellos aprobado, la tirzepatida) y uno de triple acción GLP1, GIP y glucagón (retatrutida, pendiente de aprobación).
El fármaco más potente fue la retatrutida de 12 mg, con reducciones ponderales de hasta el 22,1% a las 48 semanas del seguimiento. Entre los fármacos autorizados para la reducción de peso en adultos no diabéticos, la tirzepatida 15 mg fue la más potente, con una reducción ponderal del 17,8% a las 72 semanas, mientras que la semaglutida 2,4 mg redujo el peso un 13,9% a las 68 semanas, quedando la liraglutida como la menos potente, con una reducción del 5,8% del peso a las 26 semanas.
Los efectos secundarios fueron similares. Los más frecuentes fueron los gastrointestinales (principalmente vómitos, náuseas y cambios del hábito intestinal), que eran dosis dependientes, transitorios y generalmente bien tolerados (intensidad leve moderada), aunque en algunos casos limitaron la titulación de dosis. Los efectos secundarios más graves fueron raros, como la pancreatitis, con una incidencia <2%. También se observaron síntomas psiquiátricos, como insomnio y alteraciones del estado de ánimo. En general, la necesidad de supresión del fármaco fue muy infrecuente.
El estudio no evaluó el impacto en la salud cardiovascular de la reducción de peso con estos fármacos, aunque los resultados eran prometedores en un buen número de estudios. Ya sabemos que la semaglutida y la tirzepatida van demostrando beneficios a nivel cardiovascular
Pero ¿podemos hacer una comparación directa?: con la evidencia actual no. Los estudios disponibles para cada una de las moléculas no permiten la comparación, puesto que son poblaciones no equivalentes y los diseños difieren.
CONCLUSIÓN
Las estrategias para la reducción de peso parece avanzar hacia el bloqueo de más de una vía de acción, bien sea con un solo fármaco o mediante combinación.
Los beneficios a nivel cardiovascular de los fármacos más novedoso para la pérdida de peso están posicionando estas terapias como pilares fundamentales en la prevención de la enfermedad cardiovascular y renal para un determinado grupo de pacientes, aquellos con riesgo alto cardiovascular y aquellos con enfermedad cardiovascular y renal establecida. Los últimos documentos de práctica clínica se posicionan a favor del uso de semaglutida y tirzepatida en determinados grupos poblacionales.
Ahora bien, el elevado coste de estos fármacos supone un problema para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, más aún cuando sabemos que su supresión se asocia a una recuperación del peso y empeoramiento de los factores de riesgo cardiovascular, es decir, son tratamientos crónicos.
Como médicos debemos prescribir aquello que aporte valor, mejorando la supervivencia y la calidad de vida de nuestros pacientes. Estos fármacos parecen hacerlo y además favorecen la adherencia terapéutica gracias a su posología. Pero no debemos olvidar sus efectos secundarios, principalmente aquellos catalogados como graves, que, aunque infrecuentes, no pueden quedar en el olvido. Tampoco tenemos suficiente información sobre su seguridad a largo plazo.
Y por encima de todo, no olvidar que la prescripción de estos fármacos debe considerarse coadyuvante de la dieta hipocalórica (y proteica para prevenir la sarcopenia) y el ejercicio físico regular de intensidad moderada.

Ilustración 1. La retatrutida, la más potente en la pérdida ponderal. CARPRIMARIA