MISCELÁNEA
DÍA MUNDIAL DEL CORAZÓN: Mucho conseguido, mucho por alcanzar
Autores: GRUPO CARPRIMARIA
Fecha de publicación: 29/9/2023
Categoría: Recordar
3 minutos
Este post incluye opiniones de su autor. Las partes del texto subrayadas contienen enlaces a la evidencia científica en la que se sustenta.
Las enfermedades cardiovasculares (CV) constituyen la primera causa de muerte en el mundo. Es el grupo de enfermedades más mortal. Aproximadamente 20,5 millones de personas fallecen cada año por patologías de la esfera CV. La cardiopatía isquémica y la insuficiencia cardiaca son las dos patologías responsables del porcentaje más alto de fallecidos por enfermedad cardiaca.
Pero en estos últimos años hemos conseguido avances en el ámbito cardiovascular.
Prevención primaria:
Educación en salud y vida cardiosaludable: a través de medidas globales de las áreas gubernamentales sanitarias de algunos países, se ha mejorado la educación en salud de la población, con campañas, mensajes y regulaciones que fomentan un estilo de vida sano, promoviendo la actividad física, la alimentación adecuada, y el autocuidado. La ciencia nos va aportando más datos relacionados con la actividad física, el tipo y frecuencia de ejercicio que mejora nuestra salud cardiovascular, el tipo de nutrientes y alimentos que deben y no deben formar parte de nuestra dieta, además de la importancia de la esfera psicoemocional y su implicación en las enfermedades CV.
La investigación científica va detectando “señales” que nos permiten anticipar el desarrollo de enfermedad cardiovascular y focalizar la potenciación de terapias de prevención en grupos determinados de pacientes (por ejemplo, los péptidos natriuréticos).
Conocemos más y mejor los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, y avanzamos en el conocimiento de nuevos factores de riesgo. Así, se van conociendo nuevas posibles dianas terapéuticas, como la lipoproteína (a) o el papel de la inflamación. Además, no nos conformamos con intentar mejorar la estimación del riesgo cardiovascular de nuestros pacientes, también buscamos reducirlo al máximo, incluyendo acciones enfocadas a reducir el riesgo residual (como el ácido etilo icosopentaenoico), y buscar que factores están implicados.
Conocemos nuevas terapias para la prevención primaria, como los iSGLT2, que permiten retrasar o prevenir el desarrollo de enfermedad cardiovascular en nuestros pacientes con DM tipo 2 y miocardiopatía diabética. Disponemos de nuevo arsenal terapéutico para el control de los factores de riesgo, como el ácido bempedoico, el inclisirán en el caso de la dislipemia, o la semaglutida actuando en varios factores de riesgo CV.
Hemos mejorado nuestra prevención de los eventos cardioembólicos en nuestros pacientes con fibrilación auricular, gracias a los anticoagulantes orales directos y el cierre de orejuela, y la ciencia sigue avanzando, buscando opciones terapéuticas aún más seguras.
Prevención secundaria:
Además de la importancia de la vida sana, identificamos nuevos marcadores que nos dan información sobre el estado de salud de nuestros pacientes con enfermedad CV, su evolución y pronóstico.
Se desarrollan nuevos fármacos que consiguen actuar mejorando nuestra salud CV, como los iSGLT2, el sacubitrilo-valsartán, el vericiguat o la prometedora semaglutida en insuficiencia cardiaca.
Se conocen nuevas estrategias para mejorar la salud de nuestros pacientes, como la estrategia de inicio y titulación rápida y completa de todos los fármacos pronósticos en insuficiencia cardiaca.
Disponemos de nuevos fármacos para enfermedades raras, como la amiloidosis cardiaca o la miocardiopatía hipertrófica obstructiva. Además, la ciencia nos ofrecerá un aumento del arsenal terapéutico para estas y otras patologías.
Crecen los dispositivos para solución de problemas estructurales cardiacos que no requieren cirugía o necesitan cirugía mínimamente invasiva. Hemos descubierto la importancia de la patología valvular tricúspidea y conocido el avance en las terapias percutáneas valvulares (mitral, aórtica y tricúspide).
Además, los estudios científicos son más serios, mejor realizados y exigentes. Estudios que también nos arrojan luz sobre fármacos que estamos utilizando, modificando su uso, bien porque amplían sus indicaciones (caso de la dapagliflozina, empagliflozina y semaglutida) o porque definen mejor los pacientes candidatos a su uso (caso de los anticoagulantes orales directos).
Pero la información científica es tan abundante, con implicaciones en la salud de nuestros pacientes, que desborda a los profesionales de la salud implicados, fundamentalmente médicos y enfermería. Debemos crear grupos de trabajo trasversales, y entender la importancia de otros profesionales de la salud, como los psicólogos o los fisioterapeutas, para un tratamiento óptimo de nuestros pacientes, tanto en prevención primaria como secundaria. Igualmente disponer de sistemas no sesgados de información práctica y actualizada, como nosotros estamos haciendo con nuestra web, CARPRIMARIA, destinada a actualizarnos en estudios con relevancia directa o indirecta en nuestra práctica clínica, de forma simplificada y siempre referenciada, y totalmente independiente. CARPRIMARIA es el reflejo del trabajo en equipo, principalmente de médicos/enfermeras que ven pacientes cardiológicos en su día a día, clínicos a tiempo completo.
Debemos mencionar la importancia de avanzar hacia la medicina individualizada, fundamental en nuestros pacientes mayores. La evidencia nos recuerda la necesidad de valorar los síndromes geriátricos clínicos, por su impacto en la calidad de vida, respuesta a tratamientos y pronóstico de nuestros pacientes mayores.
Para seguir avanzando aún más rápido, favorecer una mejor traslación de la evidencia aplicable a nuestro día a día, se debe producir un cambio en la forma de pensar y actuar de muchos profesionales implicados en la salud (desde la gestión hasta la práctica clínica directa). Se requiere, entre otras cosas:
una mentalidad más abierta a las nuevas tecnologías y lo que pueden ofrecernos;
un respeto por todas las especialidades médicas implicadas en el tratamiento de las patologías cardiacas y de los profesionales implicados (sanitarios y no sanitarios);
un respecto a la clínica, que debe ser el centro de una especialidad como cardiología, sin ser menospreciada, ni tener menor reconocimiento;
una humanización, que no incluye solo centrarse en la relación médico-paciente. También debe incluir, como paso previo, un respeto y empatía por los profesionales implicados, para un trabajo más sano, fructífero y humano.
Feliz día del corazón.
Ilustración 1. Trabajo en equipo implica respeto y empatía
Referencias
CARPRIMARIA