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CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

Análogos GLP-1 y reducción incidencia de cáncer

Autor: Marcos García Aguado (Cardiólogo clínico del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, Madrid, España)

Fecha de publicación: 26/05/2025

Categoría: Controversia

4 minutos

Este post incluye opiniones de su autor. Las partes del texto subrayadas contienen enlaces a la evidencia científica en la que se sustenta.



“Los análogos de GLP-1 podrían reducir la incidencia de cáncer asociado a la obesidad más allá de la atribuible a la reducción ponderal”


La semaglutida y la tirzepatida están en una pugna constante por demostrar qué fármaco es mejor, no solo en la reducción de peso, sino también en otros beneficios adicionales relacionados con la obesidad.


Recientemente, un artículo de revisión evaluó la potencia de 12 terapias farmacológicas para la obesidad. En este análisis, la retatrutida (aún no comercializada) fue la más potente, aunque es importante señalar que no se trató de una comparación directa entre tratamientos. En contraste, el estudio SURMOUNT-5 sí llevó a cabo una comparación entre la tirzepatida y la semaglutida, mostrando a la tirzepatida como superior en potencia e incluso con menos efectos secundarios.




BENEFICIOS ADICIONALES DE LA SEMAGLUTIDA Y TIRZEPATIDA

La semaglutida es, por el momento, la única de las dos moléculas mencionadas que ha demostrado beneficios en la prevención secundaria de eventos cardiovasculares isquémicos, la principal causa de muerte en España y el mundo desarrollado. También ha mostrado mejoras en la enfermedad arterial periférica, siendo la primera terapia en mucho tiempo que mejora a estos pacientes.


En cuanto a la insuficiencia cardiaca (IC), una patología prevalente y con mal pronóstico, la semaglutidamejoró la calidad de vida de los pacientes con IC preservada. Por su parte, la tirzepatida también ha demostrado reducir las hospitalizaciones por IC mostraba también reducción de hospitalizaciones por IC. Este último fármaco, además, ha mejorado el síndrome de apneas del sueño, convirtiéndose en la primera terapia aprobada por la Agencia reguladora del medicamento de EE. UU. (FDA) para su tratamiento.


Todos estos beneficios, incluyendo una protección renal, se han observado en pacientes con obesidad o sobrepeso y un IMC ≥ 27 Kg/m2.




EFECTOS ADVERSOS

No obstante, persisten interrogantes importantes. Una de las principales es la relativa a los efectos adversos a medio y largo plazo, más allá de los ya conocidos a nivel gastrointestinal. Si bien estos últimos son frecuentes, su intensidad no suele ser significativa; a pesar de ello, son los responsables de que algunos pacientes desarrollen intolerancia a estos fármacos. Afortunadamente, esta intolerancia puede mitigarse mediante una cuidadosa titulación de la dosis y el seguimiento de recomendaciones específicas sobre la ingesta de alimentos.




CÁNCER Y OBESIDAD

Recientemente, se ha presentado un estudio que evalúa la incidencia de cáncer en pacientes con obesidad, comparando la cirugía bariátrica frente a la terapia con fármacos análogos GLP-1.


La evidencia científica actual ya establece una clara relación entre la obesidad y diversos tipos de cáncer. De hecho, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) considera que hay pruebas suficientes para evitar el aumento de peso como medida de prevención de ciertos tipos de neoplasias. En regiones como América del Norte, Europa y Oriente Medio, se estima que la obesidad podría ser responsable de hasta el 10% de la carga de cáncer en mujeres. Específicamente, cánceres como el de colon, esófago, riñón, mama y endometrio presentan una fuerte relación con la obesidad.




CÁNCER Y TERAPIAS PARA LA REDUCCIÓN DE PESO

La reducción del exceso de peso se asocia a una disminución del riesgo de cáncer.


De hecho, la cirugía bariátrica reduce el riesgo de cáncer relacionado con la obesidad entre un 32 y un 45%, así como la mortalidad por cáncer, según un metaanálisis reciente.



¿Y las terapias farmacológicas con análogos GLP-1?

Ante la falta de evidencia al respecto, se ha desarrollado un estudio observacional (y, por tanto, generador de hipótesis) recientemente publicado. Este estudio incluyó a 31.661 pacientes con diabetes mellitus (DM) y obesidad. Entre 2010 y 2018, el 12.5% de estos pacientes fue sometido a cirugía bariátrica, mientras que el resto recibió terapia con fármacos análogos GLP-1.


El perfil demográfico de los participantes mostró un IMC promedio de 41 kg/m², con predominio de mujeres (61.1%) y una edad media de 52.3 años. En cuanto a los tratamientos farmacológicos, la liraglutida representó el 73% de los casos, seguida por la exenatida (13%) y la dulaglutida (11%). La mediana de seguimiento del estudio fue de 7.5 años, con un máximo de 12.9 años.



Incidencia de Cáncer: Cirugía Bariátrica vs. Análogos GLP-1

El estudio reveló una incidencia de cáncer muy similar en ambos grupos: 5.76 casos por cada 1000 personas-año para la cirugía bariátrica y 5.64 casos por cada 1000 personas-año para el tratamiento con análogos GLP-1.


Aun ajustando por factores, el riesgo de cáncer relacionado con la obesidad no mostró diferencias estadísticamente significativas entre ambas intervenciones. Sin embargo, es fundamental destacar la diferencia en la pérdida de peso: la cirugía bariátrica logró una reducción del 31% del peso corporal, mientras que el tratamiento farmacológico alcanzó un 14.3%. El índice de masa corporal (IMC) mínimo promedio también fue menor con la cirugía (28.7 kg/m2) en comparación con los medicamentos (35.4 kg/m2).



La Hipótesis Clave: Más Allá de la Pérdida de Peso

A pesar de que la cirugía bariátrica logró una mayor pérdida de peso, la reducción en la incidencia de cáncer relacionada con la obesidad fue comparable entre ambos enfoques, incluso con los análogos GLP-1 de primera generación.


Este hallazgo es crucial, ya que el cambio máximo de IMC durante el seguimiento se vinculó con una disminución significativa del cáncer. Un análisis de mediación plantea una hipótesis prometedora: la reducción de la incidencia de cáncer relacionada con la obesidad podría ser superior con los análogos GLP-1 que, con la cirugía bariátrica, superando incluso las expectativas basadas únicamente en la pérdida de peso. Esta conclusión se mantiene tras descartar el efecto de la mayor reducción de hemoglobina glicada en los pacientes farmacológicos.



Mortalidad por cualquier causa

Cabe añadir que, hasta la fecha, no hay evidencia que sugiera que la pérdida de peso inducida por la cirugía bariátrica reduzca la mortalidad por cualquier causa más que los análogos GLP-1 de primera generación. Los beneficios que la cirugía podría mostrar inicialmente sobre estos fármacos se neutralizan una vez que se ajustan los resultados por la magnitud de la pérdida de peso alcanzada, la cual es, efectivamente, mayor con la intervención quirúrgica.




CONCLUSIÓN

Los datos de este estudio plantean una importante hipótesis: los fármacos análogos GLP-1 podrían ofrecer beneficios adicionales más allá de la reducción de peso. Estos beneficios extra podrían explicar una hipotética mayor prevención del cáncer relacionado con la obesidad de lo esperado solo por la pérdida de peso, incluso superando lo observado con la cirugía bariátrica.


Esta misma hipótesis sobre beneficios adicionales (más allá de la pérdida de peso) también se considera para explicar los efectos cardiovasculares positivos de la semaglutida en pacientes con obesidad, como se desprende del análisis del estudio SELECT.


El estudio que analizamos en este post se centró en análogos GLP-1 de primera generación, que son considerablemente menos potentes para la reducción de peso que las moléculas actuales como la semaglutida y la tirzepatida (esta última, un fármaco dual).


Se postula que la reducción de la inflamación o un efecto sobre la apoptosis (muerte celular programada)podrían explicar parte de estos beneficios adicionales de los análogos GLP-1.


Por lo tanto, se espera que la mayor potencia en la reducción de peso de la semaglutida y la tirzepatida se traduzca en una mayor reducción del cáncer relacionado con la obesidad que los fármacos de primera generación. Además, sus propiedades antiinflamatorias podrían añadir un beneficio extra que superaría incluso el observado con la cirugía bariátrica.



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Ilustración 1. Resumen hipótesis del estudio al que hace referencia el post CARPRIMARIA

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