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CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

¿Debemos eliminar los edulcorantes de nuestra dieta?

Autor: Javier Ángel Rodríguez Calvillo (Médico especialista medicina familiar y comunitaria. CS Sangonera la Verde. Murcia)

Fecha de publicación: 27/09/2023

Categoría: Controversia

2 minutos

Este post incluye opiniones de su autor. Las partes del texto subrayadas contienen enlaces a la evidencia científica en la que se sustenta.


Somos conocedores del peligro de los alimentos ultraprocesados, que deberíamos excluir de nuestra dieta, al igual que la necesidad de reducir el azúcar, la sal y las dietas ricas en calorías de nuestra vida y de la de nuestros pacientes.


También sabemos que la industria alimentaria intenta adaptarse a las situaciones actuales, y como consecuencia de la recomendación de reducción del azúcar por parte de las autoridades sanitarias, han desarrollado los edulcorantes artificiales, incluyendo aquellos llamados no nutritivos, que llegan a anunciarse como alimentos beneficiosos para el controlar del peso.


Una nueva revisión científica estudia los edulcorantes artificiales nutritivos y no nutritivos. Recordemos que los edulcorantes nutritivos son aquellos utilizados para aportar sabor a los alimentos o darles estabilidad, y los no nutritivos son los utilizados para reducir el azúcar de la dieta.


Esta revisión analiza el papel de los edulcorantes artificiales en el riesgo de desarrollo de enfermedades cardiometabólicas y cardiovasculares, y sus conclusiones se unen a la evidencia científica más reciente, confirmando su influencia negativa en la hipertensión arterial (HTA), la dislipemia y la diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Aumentan un 44% el riesgo de desarrollo de síndrome metabólico y hasta un 24% el desarrollo de DM2. Además, no contribuyen al control del peso, más bien a su aumento, debido a un mecanismo neuroendocrino relacionado con la regulación de la saciedad, que se retrasa, aumentando la ingesta.


Los edulcorantes artificiales, además de retrasar la saciedad, aumentan la secreción de insulina por el páncreas, facilitando el desarrollo de DM tipo 2, HTA y alteran nuestra microbiota, lo que genera consecuencias negativas en nuestra salud cardiovascular y metabólica.


Ahora bien, se reconoce que la evidencia científica disponible no es suficiente para realizar la afirmación con rotundidad y se necesitan más estudios. Igualmente reconocen que no se pueden hablar de edulcorantes específicos y que se necesitan estudios que analicen sus efectos de forma individual.


El estudio concluye que, al igual que el azúcar, debemos eliminar los edulcorantes artificiales de nuestra dieta. ¿La alternativa? Una vida cardiosaludable, con el ejercicio físico regular y la dieta mediterránea como pilares fundamentales.



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Ilustración 1. Resumen del estudio publicado. Adaptado CARPRIMARIA

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