CARDIOPATÍA ISQUÉMICA
¿Es buena la sauna para la salud cardiovascular?
Autora: Nieves García (Médico especialista en medicina familiar y comunitaria. SAMU. Asturias)
Fecha de publicación: 18/07/2023
Categoría: Actualización
2 minutos
Este post incluye opiniones de su autor. Las partes del texto subrayadas contienen enlaces a la evidencia científica en la que se sustenta.
La sauna (exposición a una alta temperatura ambiental durante un corto periodo de tiempo -5 a 20 minutos-, generalmente alternado con duchas frías o natación), es una tradición muy arraigada en los países nórdicos, con miles de años de historia como elemento de ocio, relajación y bienestar. Pero, además, se ha relacionado con beneficios para la salud, con estudios observacionales e intervencionistas que apoyan su uso regular por sus efectos en la reducción de incidencia de enfermedades cardiovasculares, demencia, hipertensión arterial, afecciones respiratorias, muerte cardiovascular, muerte súbita cardiaca, tromboembolismo venoso, mortalidad por todas las causas, accidente cerebrovascular y mejora de las afecciones musculoesqueléticas, entre otras. Se presuponen propiedades reductoras de la presión arterial, antiinflamatorias, antioxidantes, citoprotectoras y reductoras del estrés. Existen diferentes modalidades de sauna, con supuestos beneficios cardiovasculares en todas ellas.
Además, se considera que la sauna podría potenciar los beneficios de otros factores cardioprotectores, como la actividad física, quizá en parte por el incremento que se produce de la liberación de las “proteínas de choque térmico”.
Este año 2023 se ha publicado una revisión de los beneficios en salud cardiovascular de las saunas. El documento revisa la evidencia científica. Recomiendan la sauna en prevención primaria para mejorar la salud cardiovascular y en pacientes con enfermedad cardiovascular estable que puedan tolerarla (no se debe realizar en mujeres embarazadas, niños, varones que estén intentando descendencia y personas con tensiones bajas).
Consideran la sauna como una extensión del ejercicio físico aeróbico, por ello recomiendan combinar ambas actividades, lo que redundará sustancialmente en una mejora de los beneficios cardiovasculares del ejercicio físico. Recomiendan de 3 a 7 sesiones de sauna semanal con una duración estimada de 15 a 20 minutos, asociados a 150-300 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75-150 minutos de actividad física intensa vigorosa a la semana. Recuerdan que 8 semanas de sesiones regulares de sauna combinadas con ejercicio redujeron la tensión arterial en 8 mmHg de media, es decir, una reducción estimada del 30% del riesgo cardiovascular. Para aquellos pacientes que no puedan cumplir con la actividad física propuesta, recomiendan reemplazarla por las saunas, puesto que hay evidencia de que la sauna por sí misma produce una respuesta hemodinámica similar a la realización de ejercicio físico y sauna combinados.
El artículo concluye que la evidencia de los beneficios cardiovasculares de la sauna es consistente y debe promoverse entre la población general. Aun así, hay pocos estudios aleatorizados y muchas dudas no resueltas, por lo que se necesitan más investigación.
Ilustración 1. Sauna y beneficios cardiovasculares
Referencias