CARDIOPATÍA ISQUÉMICA
Fármacos para la epilepsia que aumentan significativamente los eventos cardiovasculares
Autor: Marcos García Aguado
Fecha de publicación: 25/10/2021
Categoría : Controversia
2 minutos
Entre los fármacos utilizados para el tratamiento de la epilepsia, disponemos de los inductores enzimáticos, como la carbamazepina. Estos fármacos aumentan los niveles de colesterol, de proteína C reactiva, de diversos marcadores de riesgo cardiovascular, interaccionan con otros fármacos como los anticonceptivos orales o fármacos para el tratamiento del VIH, el cáncer y patologías cardiacas. Además, la investigación científica ha ido advirtiendo del riesgo de enfermedad cardiovascular en los pacientes tomadores de estos fármacos.
El estudio referenciado de nuestro post de CARPRIMARIA concluye que el uso de estos fármacos (datos sobre carbamazepina, eslicarbazepina, oxcarbazepina, fenobarbital, fenitoína, primidona, rufinamida y topiramato) se asocia con un incremento significativo de eventos isquémicos cardiacos e isquémicos y hemorrágicos a nivel cerebral. El aumento se objetiva incluso tras una corta exposición. Los pacientes que lo tomaban más de 10 años presentaban un aumento exponencial por cada año de tratamiento, sobre todo si se administraban a dosis altas.
Este estudio muestra diferencias con otro publicado este mismo año (ver segunda referencia bibliografía de nuestro post) que concluía, tras 8 años de seguimiento, que tanto los antiepiléticos inductores enzimáticos, como los no inductores, aumentaban de forma similar los eventos cardiovasculares.
El actual estudio, basado en datos de registros de pacientes del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, con un total de 31479 pacientes mayores de edad con diagnóstico de epilepsia sin enfermedad cardiovascular (entre 1990 y 2019), con un seguimiento durante 25 años, concluye que la diferencia entre los inductores y los no inductores se hace patente a partir de los 10 años, con mayor riesgo (se medía cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular isquémico -incluido AIT- y hemorrágico) para los inductores (he aquí un ejemplo de la importancia de disponer de estudios que valoren los efectos beneficiosos y perjudiciales de los fármacos a lo largo del tiempo).
Así, los tomadores de fármacos inductores (tanto débiles como fuertes) en comparación con los tomadores de no inductores, presentaban un riesgo significativamente mayor de eventos cardiovasculares, con un HR 1.21 con IC 95% 1.06-1.39.
Los datos actuales muestras una reducción de la prescripción de estos fármacos inductores, con aumento de fármacos antiepilépticos de nueva generación.
Con este estudio se refuerza la consideración de los fármacos inductores como de riesgo cardiovascular significativo, sobre todo a largo plazo. En base a ello, se recomendaría buscar otras opciones terapéuticas. El médico deberá valorar la mejora actitud, teniendo en cuenta si la terapia es indefinida o solo será durante unos pocos años. Igualmente debe sopesar el posible incremento de episodios epilépticos en caso de proceder al cambio de fármacos.
Por último, en el caso de pacientes tomadores de inductores, se recomienda detectar de forma activa los factores de riesgo cardiovascular y corregirlos.
Ilustración 1. Los antiepilépticos inductores aumentan el riesgo de eventos cardiovasculares
Referencias
JAMA Neurol. Published online October 4, 2021
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34605857/
Epilepsia. 2021 Jul;62(7):1604-1616