ARRITMIAS
Síncope vasovagal y situacional. Electro y exploración, no hace falta más
Autor: Marcos García Aguado
Fecha de publicación: 02/03/2022
Categoría: Recordar
2 minutos
El síncope vasovagal es aquel precipitado por emociones (desde dolor hasta fobia a la sangre) o por ortostatismo (no confundir con el síncope ortostático), y se caracteriza por la presencia de pródromos progresivos (sudoración, palidez, náuseas). El síncope situacional es el que ocurre durante o inmediatamente después de determinadas situaciones (como la micción, la tos, el estornudo, risa y postejercicio, entre otros).
Ambos son clasificados como síncopes de bajo riesgo, suelen ser recurrentes, y no aumentan la morbimortalidad cardiovascular.
Recordamos que ante todo síncope debemos realizar un examen físico y un electrocardiograma, junto a una determinación de la tensión arterial en decúbito supino y de pie. En estos dos tipos de síncopes, la exploración física es anodina y el electrocardiograma normal.
El diagnóstico se establece exclusivamente al confirmar la presencia de prodoromos y precipitantes, o al establecer la relación entre una situación específica y el síncope.
Por tanto, no requiere pruebas específicas, no hay que realizar pruebas de imagen, ni colocar dispositivos de registro del ritmo. No requieren derivación a cardiología, excepto:
síncopes de repetición frecuentes que limitan la calidad de vida del paciente;
síncopes recurrentes con episodios de pródromos muy breves o inexsitentes, con alto riesgo de traumatismo no prevenible;
síncopes sucedidos durante la realización de una actividad de algo riesgo.
Los casos que se derivan a cardiología se suelen someter a un estudio de Till Test, una prueba poco reproducible que puede guiar el tratamiento específico para minimizar los síntomas.
El tratamiento consiste:
Reducir la medicación hipotensora, e incluso suspenderla si los síncopes son severos y/o recurrentes. Los fármacos que más perjudican a los pacientes con síncopes neuromediados son los betabloqueantes y los diuréticos del grupo de las tiazidas.
Realizar medidas contrapresoras, como entrecruzar las piernas o adoptar la posición de cuclillas.
Solo los síncopes recurrentes y severos pueden requerir un estudio adicional (till test) y decidir una terapia más específica, como el uso de fludrocortisona o midodrina o el implante de marcapasos.
El pronóstico de estos síncopes vasovagales o situacionales es bueno, a pesar de casos muy recurrentes y con deterioro de calidad de vida.
Los tratamientos específicos tienen una eficacia relativa, al igual que los marcapasos, y se utilizan para minimizar los síntomas, no para mejorar la supervivencia. No olvidemos que estos síncopes no aumentan la morbimortalidad cardiovascular.
Ilustración 1. Algoritmo de decisión en el diagnóstico del síncope neuromediado vasovagal y situaciones. CARPRIMARIA
Referencias